lunes, 20 de agosto de 2007

EDUCACIÓN Y DESARROLLO HUMANO EN EL ENFOQUE HOLISTICO



El mayor desafío que enfrenta la sociedad humana es el ‘desarrollo humano’ de sus miembros.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define el desarrollo humano como el proceso de ampliación de las posibilidades de elegir de los individuos que tiene como objetivo expandir la gama de oportunidades abiertas a las personas para vivir una vida saludable, creativa y con los medios adecuados para desenvolverse en su entorno social.

De acuerdo a lo anterior, desarrollo humano y educación son conceptos inseparables, pues sólo mediante la educación es dable a los individuos el ampliar sus posibilidades de elección para acceder a una vida digna. Así, la educación -en tanto interacción humana y proceso intencionado mediante el cual los miembros mayores integran a los más jóvenes en una determinada sociedad o cultura- es teleológica; es decir, no es ciega de propósitos, el desarrollo humano es su finalidad. Podemos cambiar las formas mediante las cuales pretendemos alcanzar este fin, pero el fin mismo es inamovible. La educación es un concepto eminentemente social.

Si aceptamos la premisa de la filosofía existencialista, según la cual el hombre viene al mundo como pura potencialidad, entonces debemos reconocer que su actualización como ser humano está supeditada a la generosidad conciente de la sociedad que lo cobija. El valor de una sociedad se mide por las condiciones de existencia que logran alcanzar sus miembros, esto es, por el nivel de actualización de sus potencialidades humanas, de acuerdo con el valor y prioridad que esa sociedad otorga a éstas. Una sociedad cuyos niños y jóvenes carecen de las condiciones mínimas que exige una vida digna, es un fracaso. No obstante lo complejo que resulta definir la dignidad humana, al menos debemos decir que ésta se concibe como el valor intrínseco, esto es, no relativo -como por ejemplo el valor de un precio- que todo ser humano posee por el sólo hecho de serlo. Una vida digna es, entonces, aquella que otorga al ser humano los 4 satisfactores fundamentales: alimento, cobijo, educación y salud.

Desde el punto de vista del individuo, el desarrollo humano, o más bien el desarrollo del ser humano, hace referencia al proceso continuo y flexible, mediante el cual se llevan a cabo las transformaciones globales de la persona, que incluyen crecimiento, maduración y aspectos psicológicos.

Este concepto, acotado al hecho educativo, involucra el que cada cultura define, explícita o implícitamente, una concepción del hombre y con ella, los aspectos necesarios a desarrollar entre sus miembros más jóvenes para que lleguen a ser parte de esa cultura y, en consecuencia, plenamente humanos. Los caminos de crecimiento y avance hacia esos fines son variados, y dependen de la cultura y de la época en la cual se coexiste; no obstante, hay cierta coincidencia en que cualquiera sea el camino, el fin es el mismo: el desarrollo de las potencias humanas, y agregamos, hacia una cierta ‘eticidad’, esto es, toda cultura persigue el bien para sus miembros; y si resulta que esa cultura, o unos individuos en particular, logran ampliar los límites de su ‘yo’, el bien perseguido lo harán extensivo a toda la especie humana, e incluso, al universo en su conjunto, postulado que sostienen los actuales movimientos ecologistas y planetarios en nuestra Cultura Occidental, para quienes el desarrollo del ser humano trasciende la adaptación del individuo a unas normas y estilos de vida impuestos por quienes sirven a intereses que son ajenos al bien común.

La concepción antropológica en la Cultura Occidental está transitando desde una idea del hombre como ‘animal racional’ -presente ya en Aristóteles, y en su parte “racional” llevada al extremo por la filosofía cartesiana y la ciencia positivista- hacia una concepción más holística, que reconoce el lugar que emociones e intuiciones tienen en el desarrollo de la persona como tal. Más aún, a partir de la práctica fenomenológica como metodología válida para generar conocimiento, las disciplinas holísticas, actualmente en franco crecimiento, reconocen en el fenómeno de la corporalidad, entendido como cuerpo-presencia-en-el-mundo, el punto de partida del autoconocimiento y, por tanto, de cualquier práctica educativa que se oriente al desarrollo de las potencias humanas, principalmente cuando estas disciplinas adhieren a la concepción del ser humano como ‘organismo unificado’. En esta perspectiva, los educadores cuentan con un rico caudal de información que les invita a ampliar su percepción de los medios a través de los cuales desarrollar el potencial humano que cada alumno lleva en sí.


EL ENFOQUE HOLISTICO

El término “holismo”, del griego HOLOS (todo) “... se refiere a una manera de entender la realidad desde el punto de vista de varias unidades integradas cuyas unidades no pueden reducirse a las unidades más pequeñas.” (Capra, 1992).

En este modo de concebir lo real, la clásica división sujeto-objeto desaparece; el sí-mismo y el otro permanecen irrevocablemente entrelazados y el asunto no es ya “aprehender” la realidad objetiva, sino participar de ella.

El holismo es un enfoque tanto ontológico como epistemológico, que no es enteramente nuevo en Occidente, sino que tiene sus raíces en el pensamiento pre-racional, en el que el hombre concibe el mundo bajo una ‘visión encantada’, la que da lugar a un sentimiento de unidad con la vida y con el cosmos. A partir de la Revolución Científica de los siglos XVI-XVII, este enfoque fue siendo desplazado por el llamado Paradigma de la Modernidad (Berman, 1981). En la actualidad vuelve a ser considerado y reforzado, al menos en su esencia, por los resultados de la ciencia física, la cibernética y la investigación del cerebro. De hecho, en las tres primeras décadas de este siglo, tuvo lugar en el campo de la Física un dramático cambio de ideas. “... La exploración del mundo atómico y subatómico hizo a los científicos de comienzos de siglo entrar en contacto con una realidad extraña e inesperada que parecía desafiar cualquier explicación coherente. En sus esfuerzos por comprender esta nueva realidad, se dieron cuenta -muy a su pesar- de que sus conceptos básicos, su lenguaje y toda su manera de pensar eran inadecuados para describir los fenómenos atómicos.” (Capra, 1992).

Estos profundos cambios en el campo de la Física han trascendido a todos los ámbitos de la ciencia, potenciando los inicios de una transformación radical de nuestros pensamientos, de nuestras percepciones y de nuestros valores. Esta transformación se está imponiendo cada vez con mayor fuerza en el mundo de hoy -caracterizado por sus interconexiones a nivel global- , en el que los fenómenos biológicos, psicológicos, sociales y ambientales son todos recíprocamente interdependientes.

El impacto alcanzado por esta perspectiva en la sociedad y en la cultura se está imponiendo no sólo en el ámbito especializado de la ciencia, sino también y principalmente en la vida cotidiana. La proliferación de filosofías, métodos y técnicas de transformación personal tomadas de otras culturas -Budismo, Tao, Yoga, Chamanismo y otras-, o generadas en la nuestra -Bionergética, Psicodrama, Psicocalistenia, Análisis de Sueños, Terapia Gestáltica, entre otras-, manifiesta la necesidad del hombre contemporáneo por desarrollar en la práctica aquellas dimensiones humanas largamente ignoradas por nuestra cultura y que se orientan hacia una existencia más integrada y completa. En opinión del biólogo chileno Francisco Varela, Occidente perdió trazas de prácticas de transformación humana y no se da cuenta de que las perdió. Para el cambio conductual no basta saber y entender, es necesario practicar, pues la vida humana consiste esencialmente en “mover-se”
[1].

Un aspecto destacable generado por la emergencia y desarrollo de este enfoque es el rompimiento de fronteras entre las disciplinas en que se organiza el conocimiento, y parece responder a la necesidad de espiritualidad del hombre contemporáneo.

Como reacción a esta necesidad, se observa una creciente apertura a las tradiciones de décadas y siglos anteriores -que habíamos ignorado- , pero también se observa una reacción más experimental que está generando nuevos enfoques del desarrollo humano, lo que se evidencia en la eclosión de actividades en el campo de la psicoterapia, con la proliferación de nuevos conceptos y técnicas. Esto, según Naranjo (1994), se refleja:

1) En su nivel teórico con la aparición de un enfoque globalizado del desarrollo humano, conocido como la “Tercera Fuerza” que, en los últimos años ha venido fundiendo los diferentes grupos que seguían las dos teorías globales sobre la naturaleza humana que más influencia han tenido en psicología en los últimos años: Freudiana y experimental-positivista-behaviorista.

2) En su nivel práctico, con la aparición de una nueva institución: el “Centro de Crecimiento”. Señala Naranjo: “Maslow introdujo un término especial –Red Eupsíquica- para designar a estos institutos relacionados informalmente que, a causa de sus metas coincidentes, pueden ser considerados parte de este grupo. ... La mayoría de estos centros de crecimiento son lugares en los que los intereses de técnicas diversas -derivadas generalmente de la psicoterapia y de las artes- se unen y son reconocidos implícitamente y puestos a disposición de la comunidad en forma de programas intensivos.” (Naranjo, 1994).

En síntesis, podemos caracterizar el holismo como un paradigma de base que emerge, entre otras fuentes, de la Física moderna y que, a diferencia del paradigma moderno mecanicista, es orgánico y ecológico, permitiéndonos percibir el mundo ya no como una máquina formada por una gran cantidad de objetos, sino como una unidad indivisible y dinámica, cuyos elementos están estrechamente vinculados y que, según Capra (1992), pueden comprenderse sólo como modelos de un proceso cósmico. “...Una concepción del mundo en la que los descubrimientos científicos están en armonía con las metas espirituales y las creencias religiosas de la humanidad.”

En lo tocante a la educación bajo este enfoque, podemos hablar de ‘educación holística’, en la que el esfuerzo educacional es concebido desde una perspectiva mucho más amplia que en la concepción tradicional, según la cual dicho esfuerzo es un campo independiente de otros campos de la cultura. En el paradigma holístico, en cambio, el objetivo de la cultura y no sólo de la educación es el crecimiento humano. Al respecto, Naranjo (1994) plantea: “La educación no es sólo un ámbito más de la cultura, sino un microcosmos de todos ellos. La educación es la transmisión de la cultura; y es inseparable de la naturaleza misma de la cultura. ... La educación se vuelve un campo de esfuerzo independiente sólo en la medida en que se convierte en el arte o la ciencia de la transmisión deliberada de logros culturales”. Desde esta perspectiva cobra sentido el que actualmente educación, terapia y religión han comenzado a estrechar sus fronteras, considerando que tras el esfuerzo educacional, visto en términos amplios, existe una única meta, una búsqueda única: el desarrollo pleno de las potencias humanas, pues si bien los caminos de crecimiento son múltiples, la meta es sólo una.

Es pretensión de la educación holística superar el enfoque educativo de la era industrial centrado en la competencia económica, sosteniendo que la educación debe tener como objetivo principal el crecimiento y la felicidad de cada niño, más que la imposición forzada de ciertas prácticas culturales.

En lo relativo a la psicología, el enfoque holístico está representado en el llamado Movimiento del Potencial Humano, Tercera Fuerza en Psicología o simplemente Psicología Humanística y Transpersonal, cuya raíz se encuentra en la Filosofía Existencialista.



EL MOVIMIENTO DEL POTENCIAL HUMANO

La psicología humanística es no sólo una corriente de pensamiento en psicología, sino también y fundamentalmente, una práctica de transformación y un estilo de vida humanos. En tanto corriente de pensamiento, esta concepción suele denominarse “existencial”; en tanto práctica de transformación humana, se denomina “experiencial” y, en tanto estilo de vida, es llamada “humanística”. Tres términos para denotar tres dimensiones del mismo fenómeno.

A diferencia de otros enfoques en Psicología, manifiesta expresamente su opción por una práctica de psicología transformadora, que facilite al ser humano la búsqueda de una vida buena y feliz, y no sólo la adaptación a unas normas impuestas como finalidad de vida. Carl Rogers, Abraham Maslow, Frederick Perls, William Schutz, y Claudio Naranjo, entre otros, dieron inicio allá por la década de los 60 a lo que Perls (1978) llamó “una de las fuerzas rebeldes, humanistas y existenciales de la psicología que buscan detener la avalancha de fuerzas autoderrotantes y autodestructivas presentes en algunos miembros de nuestra sociedad”.

De acuerdo a lo señalado por Varas (1986), los postulados de este movimiento son:
· Dar más importancia al potencial de la persona que a sus limitaciones
· Subrayar la responsabilidad personal por sobre un determinismo fatalista
· Explorar todos los fenómenos que ocurren en el ser humano
· Considerar la naturaleza del hombre como positiva y tendiente a valores

Agrega Varas (1986) que “la confianza en el ser humano y su capacidad de autodirección constructiva, basada en el organismo, han alimentado estos postulados.
Tanto en el campo de la terapia como en el de la educación, su enfoque se ha centrado en la persona. La Terapia no directiva de Carl Rogers y la Terapia Gestáltica de Fritz Perls se han destacado entre sus modalidades psicoterapéuticas… El curriculum de autorrealización y la educación confluente (sin ser las únicas que se pueden adoptar en un enfoque centrado en la persona), y los grupos de encuentro y talleres de desarrollo de la sensibilidad, del darse cuenta y del entrenamiento sensorial, constituyen su modalidad propia”.

A Maslow se le conoce como uno de sus grandes impulsores, y él mismo la concibe como una verdadera revolución, en el sentido de que “aporta nuevas formas de percibir y pensar, nuevas representaciones del hombre y la sociedad, nuevos enfoques de la ética y los valores, nuevas direcciones que seguir. ... Esta psicología no es puramente descriptiva o académica, sino que induce a la acción e implica consecuencias. Contribuye a la realización de una manera determinada de vivir una persona, no sólo en cuanto individuo, dentro del propio psiquismo; sino también en cuanto ser social, miembro de la sociedad. De hecho, colabora a que adquiramos conciencia de cuán interrelacionados están en la práctica estos dos aspectos vitales.” (Maslow, 1993)

Esta orientación es lo que M. Gaslow denominó la “tercera fuerza” y señala que no es científica en su sentido convencional pero que, sin embargo, es válida en el sentido de que estos aspectos no medibles son parte innegable de la condición humana. (Maslow, 1968,1971. Citado por Arancibia y otros, 1997).

Uno de los principios más importantes que la rigen es su creencia de que las personas son capaces de enfrentar adecuadamente los problemas de su propia existencia, y que lo relevante es llegar a descubrir y utilizar todas las capacidades en su resolución. En pocas palabras, el “organismo” tiene un rol activo en la creación del mundo propio.

El organismo humano, concebido sistémicamente, constituye el centro de estudio de esta psicología cuyo portavoz principal en América fue Kurt Goldstein. Se trata en parte de una reacción frente a las psicologías atomizantes y frente a las concepciones dualísticas que superficialmente dicotomizaban a la persona en cuerpo y espíritu, tales como la mecanicista teoría psicológica conductual y el determinismo del psicoanálisis.

Su desarrollo como tal obedece a la contingencia de que, en el siglo XX, el hombre occidental comienza a intuir con mucha fuerza la necesidad de cambios radicales en un estilo de vida que concibe muy pobremente al hombre, que lo limita al desarrollo de muy pocas de sus capacidades inherentes y que no lo está conduciendo por la vía de una auténtica transformación de crecimiento

En tanto práctica de transformación humana, la Psicología Humanística ha hecho un gran aporte a la educación - y, por ende, al cambio social- desarrollando y poniendo en práctica no sólo una filosofía de vida, sino principalmente métodos y técnicas que favorecen el desarrollo de los poderes fundamentales de la naturaleza humana, ignorados durante mucho tiempo por nuestra cultura, pues en esta óptica las habilidades que se requieren para sostener a la sociedad humana trascienden la lectura y la informática, cobrando relevancia el autoconocimiento y la autoestima, la sensibilidad moral y la integridad personal.





EL TALLER DE DESARROLLO PERSONAL

Una modalidad específica de las actividades realizadas en los centros de crecimiento mencionados por Naranjo es el Taller de Desarrollo Personal. En éste se proponen experiencias de trabajo grupal para el desarrollo interpersonal, con características educativo-terapéuticas, y en él confluyen la filosofía, principios, métodos y técnicas de la Psicología Humanística y Transpersonal.

Según Varas (1986), “Desarrollo Personal” es un término que cada día tiene más fuerza. “Apareció en los años 50 y desde entonces se ha venido desarrollando, especialmente en terapia, educación y en los llamados “Grupos de Encuentro o Crecimiento Personal”. Causantes de él han sido y son, en gran medida Carl Rogers, Abarham Maslow, Fritz Perls, Rollo May, William Schutz y todos aquellos que conforman hoy el movimiento de psicología humanística, cuyos principios y raíces van más allá del conductismo y el psicoanálisis” .

Agrega Varas (1986) que: “…cada vez más, el movimiento del potencial humano tiende a la generación de una nueva disciplina, el crecimiento personal, y de un nuevo profesional o cultor, el facilitador del crecimiento personal, mezcla de educador y terapeuta, que tanto desbloquea como energetiza a la persona en su proceso de desarrollo.”

El Taller de Desarrollo Personal puede ser caracterizado como un "laboratorio" acerca de la interacción humana, cuyo propósito es mejorar la calidad de ésta. Este laboratorio, en términos prácticos, propicia ambiente y oportunidades para que sus participantes satisfagan sus necesidades interpersonales, entendidas éstas como “aquellas que se muestran y desarrollan en la interacción humana, las que surgen del contacto y vida con el otro.” (Varas, 2001)

Varas refiere que “…hoy su nombre - Talleres de Crecimiento Personal- es reconocido por la gran mayoría. Y su influencia en educación es cada día más sustantiva, pues, sin confundirse, ambos quehaceres han descubierto formas concretas y felices de complementación en la búsqueda de un hombre íntegro e integrado. El aporte de esta disciplina puede ser y está siendo significativo, tanto para quienes se educan como para quienes educan.” (Varas, 1986).

Actualmente, la disciplina del desarrollo personal cuenta en Chile y Latinoamérica con una amplia cobertura de centros, publicaciones y revistas, a través de los cuales se apoya el crecimiento integrado de la persona. Cuenta además con un importante número de instituciones dedicadas a la formación de facilitadores, los cuales proceden de múltiples sectores profesionales: educadores, asistentes sociales, psicólogos, ingenieros, enfermeras, entre otros.

Una obra importante de destacar es la llevada a cabo por la Escuela Chilena de Desarrollo Personal, cuyo director técnico es Patricio Varas Santander. Esta institución, desde los años 80 ha venido formando facilitadores del desarrollo personal, los que proceden preferentemente del ámbito educacional y se han agrupado en una red nacional que apoya este tipo de trabajo en las instituciones educacionales, logrando con ello una inserción importante de este modelo en las escuelas y liceos chilenos.



BIBLIOGRAFIA

1. ARANCIBIA, Violeta y otros (1997) Manual de Psicología Educacional. Santiago.
Ediciones Universidad Católica de Chile.

2. BERMAN, Morris1(989) El Reencantamiento del Mundo. Santiago, Chile. Editorial Cuatro Vientos.

3. CAPRA, Fritjop y otros (1992) El Paradigma Holográfico, Una exploración en las fronteras de la ciencia. Argentina, Editorial Kairós S. A.

5. MASLOW, Abraham (1993) El Hombre Autorrealizado. Hacia una Psicología del Ser. Argentina. Editorial Kairós S. A.

6. NARANJO, Claudio (1994) La Única Búsqueda. Hacia una metodología comparada de los caminos de la conciencia. Málaga, España. Editorial Sirio, S. A.

7. PERLS, Frederick (1978) Esto es Guestalt. Santiago, Chile. Editorial Cuatro Vientos.

9. VARAS, Patricio (1986) Aportes Teóricos a la Facilitación del Desarrollo Personal e Interpersonal. Santiago, Chile. Ediciones Centro de Perfeccionamiento Experimentación e Investigaciones Pedagógicas.

10. VARAS, Patricio (2001) El Trabajo Grupal para el Desarrollo Interpersonal. Santiago, Chile. Edición artesanal.





[1] Entrevista realizada en programa “La Belleza de Pensar”. ARTV, 20 de febrero del 2000.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Saludos amigo Carlos G.P.
le escribo porque quisiera saber ¿qué otros enfoque tiene el desarrollo humano?

Unknown dijo...

Saludos amigo Carlos G.P.
le escribo porque quisiera saber ¿qué otros enfoque tiene el desarrollo humano?